martes, 9 de septiembre de 2008

Envenenado por un antidoto.

Lluvia de sangre almas perdidas, cuerpos que yacen en mis jardines de roca, tus labios con veneno que intoxican mi soledad tus manos que sacean mis ganas de arrancarme la piel, tus ojos como las ventanas de mis sueños, tu cabello como la red que atrapa mis pesadillas y el resto de tu ser que me permite respirar.